Marruecos solo se entiende cuando descubres su interior.
La magia del desierto no se cuenta, se vive: te llevas amigos, momentos que enriquecen y el calor de un grupo que se convierte en familia. De Marruecos volverás con recuerdos mucho más valiosos que fotos.
“Compartir su forma de vida, abrirse a su hospitalidad y dejarse sorprender por cada instante es como hacer muchos viajes dentro de uno solo.”